Cuando se empieza a practicar Pilates, el instructor va dando una serie de consignas que caracterizan cada ejercicio, para realizarlos con seguridad y conseguir los objetivos que se propone incluyéndolos en el programa de entrenamiento. Sin que el cliente se de cuenta, esos principios básicos (alargarse, el uso del transverso, la colocación de los hombros...) se van integrando en su vida y los comienza a usar cotidianamente: cuando conduce o se sienta delante del ordenador su columna se vuelve más neutra, sus hombros se estabilizan; cuando se agacha se cuida de mantener la columna en su posición correcta, cuando coge pesos se acostumbra a activar la musculatura que la protege...y la propiocepción del cuerpo cambia de tal manera que el no trabajar de este modo se le vuelve extraño y completamente ajeno.
Está ya en el camino de una Vida Pilates.
domingo, 14 de junio de 2009
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